La acción de “Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian” es parte de la saga del escritor protestante C. S. Lewis, que fue llevada al cine en una primera entrega mediante “El león, la bruja y el armario” con enorme éxito. Esta segunda parte que ahora se estrena apunta a un nuevo éxito de pantalla.
Aunque con un aire al estilo de El Señor de los Anillos, insistiendo la película en exceso en los combates y difuminando el mensaje y contenido espiritual del libro.
Esta misma semana (15-16 de mayo) se ha estrenado la segunda película de Crónicas de Narnia, El Príncipe Caspian, en Estados Unidos y siete países de la América hispana.
A lo largo de junio se estrenará en otros 4 países de Latinoamérica. A España no llegará hasta julio.
Ha sido de nuevo Walt Disney quien ha producido esta segunda parte de la saga de las Crónicas de Narnia, la obra de C. S. Lewis. Andrew Adamson, director de la primera parte repite también como director. Y es el mismo elenco de niños protagonistas los que interpretan a los cuatro hermanos: Lucy, Edmund, Susan y Peter.
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Ya se ha anunciado que no habrá 7 películas (el número de libros de las Crónicas de Narnia), sino sólo tres. La siguiente, La travesía del viajero del alba, no la dirigirá Adamson, que estos años ha tenido varios hijos y quiere pasar tiempo con ellos. Pero si dan dinero, es difícil pensar que la saga de Narnia, con sus siete libros, no pueda seguir aportando películas de buen cine fantástico de aventuras.
Lewis, profesor universitario en Oxford y Cambridge, tuvo tanta amistad con Tolkien que fue el primero en leer sus historias sobre la Tierra Media. Los dos enseñaban Filología. Juntos tenían un grupo de amigos llamado los Inklings, que se reunía en varias tabernas de la ciudad. Tolkien se había convertido en católico-romano por influencia de su madre. Pero Lewis seguía siendo todavía ateo, hasta que una noche de 1931 se convirtió en “el más reticente converso de toda Inglaterra”. Aunque, para disgusto de su amigo Tolkien, encontró a Jesús en la fe protestante, volviendo a sus orígenes como anglicano.
La figura de Lewis se hizo conocida por el film Tierras de penumbra que relata la tragedia que vivió en su matrimonio, y en el que Lewis es interpretado por Anthony Hopkins. Este film cuenta la breve pero profunda e intensa relación que tuvo el escritor con una poetisa judía -divorciada y norteamericana- llamada Joy Davidman, que había sido convertida al cristianismo evangélico, estando en el pasado casada con un alcoholizado guionista de Hollywood. Lewis debió vivir el dolor por su muerte, víctima del cáncer, poco después de su boda. Por cierto, esta boda con una divorciada fue el segundo disgusto entre el católico Tolkien y su amigo protestante Lewis.
C.S. Lewis (Jack, como le gustaba que le llamaran) fue un apologeta de la fe cristiana protestante, que supo adecuar a las preguntas y mentalidad de la sociedad de su tiempo, de manera que fue un conferenciante, escritor y tertuliano habitual en todos los grandes espacios públicos de su época.
Su obra inmortal “Las Crónicas de Narnia” ha provocado el debate acerca de si la trama y simbología contiene un mensaje central cristiano, o si por el contrario todo lo que se ha tejido “cristianamente” a su alrededor es una mera especulación. C. S. Lewis da la razón a la primera idea en una carta suya. Esta carta, escrita en 1961, fue enviada por C.S. Lewis a un niño en la que le habla acerca de sus historias, e indica que quiso representar en forma figurada a Jesucristo con el místico león Aslan. En ella afirma que “Toda la historia de Narnia se refiere a Cristo”.
La carta ha sido divulgada por Walter Hooper, quien fuera secretario de Lewis y quien se ha convertido en su biógrafo.
En esta carta, Lewis dice “Supongamos que existiese un mundo como Narnia…. y supongamos que Cristo quisiese ir a ese mundo y salvarlo (como en efecto lo hizo con nosotros) ¿qué pasaría entonces?”. El mismo Lewis contesta a esta pregunta diciendo: “Pues las crónicas son mi respuesta. Como Narnia es un mundo de bestias que hablan, pensé en encarnarlo como una bestia que habla. Le di forma de león porque se supone que el león es el rey de las bestias; de hecho a Jesús se le llama “el León de Judá en la Biblia” El contenido de esta carta será publicada en un libro que contendrá las cartas de C.S. Lewis y que será lanzado a la venta el próximo año.
Mientras tanto, las reseñas de la prensa cristiana coinciden: el director se ha alejado del libro para hacer una película más épica, ganando en entretenimiento pero perdiendo en la profundidad espiritual del libro de C.S. Lewis que sirve como guión al film. Posiblemente se debe a que tras dirigir la primera parte –una de las películas más taquilleras de todos los tiempos- Andrew Adamson ha ganado en libertad para hacer lo que él quería sin atarse al libro.
La acción de “Las Crónicas De Narnia: El Príncipe Caspian” transcurre un año después de los acontecimientos de “El León, la Bruja y el Armario”, cuando los Reyes y las Reinas de Narnia -los 4 hermanos Pevensie, protagonistas de la serie- vuelven a reunirse en ese remoto mundo; donde descubrirán que han pasado más de 1.300 años, calculados en tiempo narniano.
Durante su ausencia, la Edad de Oro de Narnia ha terminado, y los Telmarinos han conquistado Narnia que ahora está dominado por el malvado Rey Miraz, que impide que reine el Príncipe Caspian.
En la película se reduce el papel de Aslan, el León de Narnia, tal y como tenía en la novela y se concentra en la parte final del film. De hecho, buena parte de la tensión de la película consiste en la duda de si Aslan vive, o si Aslan vendrá, pues hace siglos que nadie le ha visto en Narnia.
Así, lo que parece es que esta película pretende presentar otro Señor de los Anillos. Para ello ha estirado más las batallas (los críticos hablan de un abuso de escenas en este sentido), lo que ha convertido a los personajes centrales en guerreros bélicos. Así Susan es una arquera infatigable (en el libro casi no usa el arco como arma), se ha difuminado el tema central de la historia original, y se han creado escenas nuevas que alteran el guión y la trama del libro, como es la tentación por lograr el poder que sufre Peter, e incluso un romance artificial y apresurado entre Caspian y Susan, incluyendo un beso con música pop de fondo, algo del todo ajeno al libro.
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